A propósito de lo pasado estos últimos días

La vida es contradictoria. La verdad es que estando encantado con las movilizaciones de los cientos de miles de personas que hemos salido a tapar la calle pidiendo democracia real, justicia social y un futuro para todos sin las incertidumbres más que estrictamente necesarias, que demasiada dura es ya la vida muchas veces para andar metiéndole más motivos para sufrir y pasarlo mal. Aún así, tengo una sensación dual con todo lo que ha acontecido hasta el momento….

He vivido con tremenda esperanza ver como jóvenes, muy jóvenes que salían a la calle por primera vez me llamaban excitadísimos para pedirnos un generador y así tener luz por las noches. He vivido desde la otra indignación, ver como se metía en el mismo saco a todos los políticos, partidos, sindicatos o activistas. Y esto, después de más de 25 años de mis 39 en movimientos sociales, políticos o sindicales me ha hecho dudar sobre si valió la pena algún porrazo de algún policía, los viajes de emergencia para evitar el desalojo de la acampada de Sintel, los primeros de mayo, las huelgas generales, la persecución sindical o el mobbing recibido por haber hecho elecciones muy claras durante gran parte de mi vida. Me ha dolido, por que me he sentido herido ya que toda la vida he participado de algunas de estas organizaciones y no me veo reflejado en todo lo malo que ahora rabiosamente surge hacia algunas de ellas.

Valió la pena? Evidentemente si que ha valido la pena, pero como dice aquel… Alguien tenía que decirlo no?

Decir que los sindicatos, los partidos, las instituciones y el sistema en general no funcionan en su totalidad, me parece algo que huye de cualquier tipo de sentido común y de cierta perspectiva histórica.  Huye del mismo modo que de aquellos que defienden que todo funciona bien. Con la que está cayendo, es tiempo de decir bien alto y claro, que el sistema tiene fallos que lo colapsan y cada vez lo hacen menos humano y difícil de gestionar desde lo más local o próximo a los ciudadanos. Ahora bien, quiero pensar que si comparo desde una perspectiva histórica nuestro avance como sociedad, estamos o creemos estar mejor que nunca (1).

Suscribo de algún modo esta creencia, ya que conocí como vivían mis abuelos, como tuvieron que vivir gran parte de su vida mis padres, y como la hemos vivido nosotros. El problema es que nos hemos subido en el carro de “ande yo caliente, ríase la gente”. Y ahí me ha dado igual que una importante parte del mundo, que desde esa perspectiva de pasado, también “ha mejorado”, no lo haya hecho de forma suficiente. La suscribo y estoy convencido que se logró a través de los movimientos sociales, políticos y sindicales y se ha mantenido gracias a estos en gran medida.

Es cierto que de un tiempo atrás, los ataques contra los derechos de las personas, especialmente las más vulnerables, se han sucedido a diario. Es difícil ver grande movilizaciones contra la pobreza, la situación de muchos presos, la difícil vida de muchas personas, especialmente niños o mayores en algunos barrios de Barcelona….

Freire decía que en el conflicto entre el poderoso y el desposeído, no implicarse, no significa ser neutral, es ponerse  a favor del poderoso. Cuanta supuesta  neutralidad hay en nuestras vidas, en nuestros barrios, en nuestras nuevas comunidades construidas de espaldas al resto de barrios a modo de  nuevas fortalezas que blindan el paso a ese mundo que no queremos ver y que vestimos con forma de robos, desconfianzas cuando muchas veces es tan solo pobreza….

He intentado recordar cuantas veces habrá acudido a manifestaciones, broncas, concentraciones, asambleas…. Lo cierto es que no lo recuerdo. Desde mi primera empapelada por el despido de una compañera, a mi primera acampada por las 35 horas o algunas acciones contra algunas entidades bancarias o ETT’s, han pasado muchos años, muchas luchas y muchos sinsabores.

Los sinsabores principalmente los han provocado el ver como año tras año, en este tipo de acciones, la desmovilización y la caída de asistencia, era la tónica habitual. Me habría gustado tanto que en alguna de estas reivindicaciones tan justas hubiese habido mas personas como ahora !!!

Tal vez así, se habría podido luchar mejor. Tal vez se habría parado con mas contundencia alguna reforma laboral, tal vez no habrían despedido a alguna compañera que se posicionó claramente ante la injusticia, la discriminación o el acoso, tal vez no habrían mandado a mi compañera preñada a llevar un camión para hacerme desistir de mi lucha por la justicia, tal vez, no estaríamos tan distanciados haciendo ver que quienes no lo son, son enemigos.

Desde hace tiempo creo que hemos llegado ya a tales niveles de intoxicación (2) en nuestra concepción del mundo y de lo que ha de ser ese nuevo orden más ordenadito, controlado y sin sobresaltos o esa concepción tan liberal y ya  tan arraigada en nuestra sociedad de entender que para progresar, si hay que pisar se pisa y no pasa nada, reproduciendo así mismo con nuestras actitudes y posicionamientos todo aquello que nos está llevando al desastre (3) .

Creo que en la lucha por un mundo nuevo más justo y sostenible, hacemos falta todos. Los que han luchado sin apoyos durante mucho tiempo y los que despiertan ahora desde la más profunda indignación. Para mí, todos aportan valor a la necesaria regeneración de este mundo enfermo. Es mas, me atrevo a decir, que hacen falta también no solo los políticos, sindicatos o las instituciones ahora cuestionadas, si no que también hacen falta las empresas, los bancos, las eléctricas, la casa real y hasta la madre que parió a pedrote. ¿Es que echando una vez mas la vista atrás, podemos pensar que podremos cambiar el mundo, sin accionar un mecanismo en el que quepan todos los mundos existentes? Desgraciadamente creo que no .  El problema no son las empresas, los bancos o los gobernantes, si no como hemos dejado o nos han obligado a creer que sólo así se podrían hacer las cosas.

¿Es posible una banca más ética, responsable y transparente?. Si, sólo hay que dejar de ingresar nuestras nóminas en el banco que están y explicarles que lo hacemos por que embargan pisos a gente que no puede pagar dejándolos en la calle o por que invierten en nucleares en vez de en energías alternativas y limpias. El eterno dilema, tan fácil, pero tan complicado a la vez…. Aún así, hablar de cambios hasta en instituciones tan perversas, no es una utopía y nunca hemos estado tan cerca de hacerles cambiar.

De entrada, este momento histórico, lejos de llevarnos a lo que es razonablemente mejor, nos está llevando al efecto contrario, lo que se da en llamar la derechización de la vida política (4). De ahí la importancia en gobernar y gestionar este proceso, ya que mirando atrás, veremos también que allá por el 1930, parecían que las cosas iban a ser otra cosa, y si que lo fueron, pero a algo que nadie esperaba y que demostró la capacidad perversa , inhumana y destructiva que puede llegar a tener el hombre. Y bien bien, se movían entre la izquierda y la derecha y pivotaban entre los conceptos de nación, estado social para los que se lo merecían, eran trabajadores…..(5)

Ayer un día preocupante, no por que gane la derecha que representa algún partido determinado si no por que gana la derecha “conceptual”. Solo una minoría a optado por propuestas de izquierda “conceptual”, aquellas que abogan por confiar en las personas, por el dialogo, por la emancipación social, por el respeto, el amor a los seres humanos….

El reto, ante la duda: queremos mas blindajes, mas seguridad, menos gente de fuera que me pueda oscurecer mi ya de por si oscuro futuro (6) y para defendernos de esto, criticamos a los que creemos enemigos, cuando creo de nuevo que no lo son (o somos).

La gran suerte de esta movilización, bajo mi humilde punto de vista, no es la indignación. La indignación es algo que ya llevamos llevando con gran resignación hace años a modo de suicidio permanente y colectivo. La gran suerte, es el miedo.

El miedo de una clase media que se creyó serlo y que nunca lo fue, a perder  un trabajo, una vivienda, un cierto “status” que no digo que no haya sido merecidamente ganado. Entre muchas cosas en mi vida, muchos años me dediqué a la formación. Cuando hace pocos años comparaba las encuestas que hablaban del miedo al paro y en la clase no había ni una sola persona en paro, ni en su familia directa había parados y en algunos casos, en su circulo de amistades tampoco o las volvía a comparar con el miedo al inmigrante y lo hacia a través de una simple pregunta que no quería que nadie me contestara (quería solo respuestas y reflexiones internas) que era ¿Cuántos inmigrantes me han robado, asaltado o insultado en los últimos años?, ya intuía que de algún modo vivíamos en una sociedad instaurada en el ande yo caliente y en el egoísmo mas puro y cruel. Si hay que vivir en una mentira, o crearla para “poder vivir” se crea y no pasa nada.

En todos esos momentos, me he sentido solo en manifestaciones, en recogidas de firmas, en acciones, empapeladas, movilizaciones junto con muchas organizaciones formadas por personas con unos valores muy profundos y transformadores, que ahora están (estamos) tristes , por que parece que somos parte de ese sistema que ahora hemos descubierto que falla y pierde aceite por todos lados, y que durante mucho tiempo, de forma insolidaria e incomprendida, muchos otros hemos querido cambiar haciendo todo tipo de malabarismos.

Y eso quiere decir que lo mejor era lo de antes y que lo de ahora no sirve? Para nada, lo de ahora es una respuesta a una situación creo que muy determinada y que no deja de ser una respuesta egoísta (bien entendida y necesaria por supuesto, pero egoísta) ante aquello de “mañana puedo ser yo o ya lo estoy siendo”. Hace 10 años, esa indignación ya existía en su marco mas conceptual como antes intentaba explicar, lo que pasa es que no nos llegaba a las propias carnes y solo unas minorías, representadas en gran parte en las personas que han inundado las calles, se atrevían a practicar la solidaridad, la denuncia o la movilización ante el mal en las carnes de otros o las injusticias sociales. A día de hoy, la barrera entre estar tomando una cerveza tranquilamente en un bar y dejarlo de hacer por que te quedas en paro o te embargan el piso, es muy delgada y eso genera miedo.

Es bueno pasar del miedo a la indignación, pero generalmente se pasa a la negación y sin pararte a pensar ni un solo momento en que se puede hacer. De ahí creo que reside la gran importancia de lo que está pasando y de hacerlo llegar a buen puerto.

Evidentemente, las cosas deben de cambiar profundamente y lo único que no me he cuestionado estos días son mis convicciones democráticas. No podemos volver a caer en aquello de que los millones de votantes de los partidos mayoritarios son subnormales (7). La mayoría de la gente ha comprado creo aquello que mejor le han vendido y entre muchas cosas ha sido la mejor compra, por que las otras posibles opciones, venían plagadas de “rebajas”.

Trabajo en una entidad que ha estado (y está permanentemente ;)   ) en peligro de ruina. Hace años nos abonamos  a aquello de “Haz lo que debas, aunque debas lo que hagas”. Una entidad que fruto de este sistema y aunque trabajemos con banca ética y con una orientación social y transformadora, si cae, arrastrará mi piso, el de mi familia, el de mis hijas, mi futuro que no conozco pero muchos se encargan de situar…. Nunca, nunca, nunca, hemos dejado de hacer lo que debíamos aunque a veces nos hemos equivocado y nunca hemos perdido la esperanza en un futuro mundo mejor y en alcanzar ese otro mundo posible. Ya hace tiempo que el sin piso, sin trabajo y sin miedo, debería de haberse apoderado de todos. ¿Que pasa si perdemos un piso?? ¿Es más importante que perder la dignidad?

Por esto, estoy totalmente de acuerdo con todo lo que está saliendo de este impresionante movimiento (bueno, con todo, menos con que hagamos enemigos que no lo son), por que quiero listas abiertas, por que quiero una nueva ley electoral, por que quiero que la mayoría nos demos cuanta de que el poder esta en la unión de todos y de todas, pero que hay que gestionarlo bien o ya tenemos ejemplos históricos de lo mal que han acabado algunos de estos movimientos y a cuanta gente han quemado para no recuperar nunca mas. Por que quiero políticos responsables, que cumplan lo que prometen y paguen por lo que hacen mal de forma irresponsable. Cualquiera debería de poder ser político, pero siendo consciente de que no todos somos capaces de ejercer correctamente esta responsabilidad.

Por que la política, o el sindicalismo, no pueden parecer y algunas veces ser, un reducto de gente que difícilmente serviría para otra cosa, la política, como la educación, debe de ser un espacio para los mejores, los mas preparados y con mayor vocación y en eso, estamos de acuerdo. He de reconocer que son muchos los políticos, sindicalistas o activistas que me han decepcionado por esa orientación a hacer de una herramienta, un modo de vida. Hasta yo, en algún momento me he cuestionado lo que hacía desde nuestra entidad, ya que he caído en esa trampa de hacer de una herramienta un modo de vida y ahí, nos hemos equivocado.

Aún así, son muchos mas los políticos, sindicalistas, activistas, ONGeros o sociedad civil organizada en general que conozco, que pecan mas de otro tipo de valores como la entrega, el compromiso, el trabajo sin horas, el inconformismo, la valentía, la solidaridad, el buen hacer, el sentido común, la esperanza en que habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra, llamada Libertad…..

Lo decía Labordeta de forma clara. Habrá un día en que todos. Decía también que quizás ni tu, ni yo , ni el otro, esa hermosa mañana la lleguemos a ver, pero habrá que lucharla para que pueda ser. El todos es importante, por que si yo fuera un especulador, neoliberal o simplemente un ciudadano que como muchos invierten en bienes especulativos, os especulan con sus piso (vamos, un infectadillo por ese virus del neoliberalismo, la codicia, la especulación….) , ¿por qué voy a querer perder mi status?. Mientras no me toque a mi…

Convencer y no vencer, creo que ahí reside la clave.

Seguiré siendo un iluso, pero sigo pensando en que esa hermosa mañana para todos y todas y en cualquier lugar del mundo, se podrá dar. No se si la veré, pero tal vez mis hijas si. Sigo pensando que estamos delante de una oportunidad histórica en la que la suma será determinante, en la que podemos limpiar muchas de esas cosas que cuestionamos, hasta en los movimientos afines y en el nuestro propio. Sigo creyendo en una sociedad mas relacional y empática como único medio para cambiar el mundo en el que nos ha tocado vivir en un momento histórico que hemos permitido que nos lo hagan complejo.

Estoy convencido de que el buen hacer de muchas personas durante mucho tiempo y el estimulo de esta nueva suma que ha surgido estos días con tanta fuerza y energía pueden cambiar a buen ritmo muchas cosas, aunque sean pequeñas, ya que como decía Galeano, actuar sobre la realidad y cambiarla un poquito, es la única manera que tenemos de probar que la realidad, es transformable.

Viva el movimiento 15 de mayo!

Viva la creencia de que otro mundo es posible y urgentemente necesario!

(1)    El mito del falso progreso, el que nos hace pensar que cuantas más altas cotas de desarrollo económico obtengamos, mas progresamos, cuando la única posibilidad de progreso sostenible es la justicia social, universal y una globalización de derechos, bienes de consumo y un reparto justo de parte del beneficio que genera la actividad económica. El problema no está en lo que desconocemos, el problema está en aquello que creemos que es correcto, y sin embargo no es así y nos está llevando al abismo como civilización. Así llevamos viviendo muchos años ya, demasiados. Es tiempo de cambiar y darnos cuenta de las cosas realmente importantes.

(2)    El otro día en Sol, días antes de la concentración, varios ciudadanos se quejaban a la policía por un grupo de manifestantes. Les pedían dureza y todo el que por allí pasaba, se unía a esta demanda. No se si eran de izquierdas o derecha, me parecieron personas como yo que dependen de una nomina para pasar el mes. Casi me pegan cuando dije que sin conocer a los manifestantes y las causas de su movilización, de entrada entendía que se manifestaban por sus derechos a través de otro derecho constitucionalmente reconocido. La policía, me invitó a marcharme y dejar de alborotar ante los aplausos de aquellos que piden más “orden”. Es lamentable y triste ver como nuestra posición sistemática ante el débil, el puteado, el enfermo o el desposeído. Es pensar que algo habrá hecho mal o cosas de este tipo. Esto también está al orden del día en el momento histórico que nos toca vivir. Alguien tenía que decirlo también.

(3)    Solo conozco a un amigo, trabajador como la mayoría de la gente, que cambió de piso sin especular con el. A caso la mayoría no hemos especulado con nuestros pisos, trabajo o lo que sea, cuando se nos ha presentado la ocasión? No es a caso lo mismo que criticamos a los bancos? Claro que hay una responsabilidad en la banca, y engaños a muchas gentes, pero cuantos nos hemos querido dejar engañar? Cuantos hemos sobrevalorado nuestros pisos o nuestras posibilidades de vida, tal y como hace el mercado? Es que de algún modo, todos nos hemos convertido en Sr Mercado?  Hace ya tiempo que hay gente que se está quedando en la calle, espero que todavía lleguemos a tiempo de hacer justicia.

(4)    Cuando hablo de derechización, es obvio que el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, o es que ahora solo el PP es de derechas? Asistimos desde hace años a esa ansiada búsqueda del Centro. Coño, el centro no existe!!!! Solo es el sitio cómodo desde donde poder mirar y controlar mejor las cosas.

Casaldàliga lo tiene claro. El mundo solo puede verse desde la izquierda o la derecha, entendiendo la izquierda como esa apuesta por la justicia social, el amor a las personas, al medio ambiente…. De algún modo hubo un tiempo en que albergué la esperanza de una derecha un poco de izquierdas, y una izquierda valiente que no se moviese nunca al sol de los mercados, los especuladores… Como decía aquel “Nos mean encima, y nos dice que está lloviendo”. Esta derechización, que creo que se da tanto en la derecha, como en la izquierda, como en el centro o en mi propia comunidad de vecinos, nos está llevando a blindarnos, a tener miedo al futuro y al que venga de fuera y me pueda robar algo tan intangible como “mi futuro”.

(5)    http://es.wikipedia.org/wiki/Nazismo

(6)    Hoy le preguntaba a algunos amigos marroquíes que como se sentían después de que las opciones xenófobas empiecen a gobernar nuestra vida política y social con el apoyo de millones de personas como ellos que nos sentimos mas que ellos por que somos españoles…. Uno se ha puesto a llorar. Decía que temía por su familia, por sus hijos y por su futuro. Coño, como nosotros!!!  Que diferentes somos y que humano y necesario es ser tan inhumano para salir de una crisis…. Poca broma, me acuerdo del momento esta mañana y me invade una absoluta tristeza. En que nos estamos convirtiendo.

(7)    Esto lo escuché mil veces cuando el PP llegó por primera vez a la Moncloa. Es poco de izquierdas bajo mi punto de vista hacer estas afirmaciones. Primero por el tipo de palabra. Segundo por que conozco a gente de derechas o que de algún modo creen sentirse identificados con sus valores y tercero, por que como decía en el punto (4) creo que ser de izquierdas es tener amor hacia las personas, respeto y altas dosis de comprensión, sobre todo cuando la derecha, gana las partidas en las urnas. Es que además de izquierdas, soy Cristiano, y a lo mejor, por eso me pasan estas cosas.

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