Como en todo camino importante en la vida, siempre aparecen los problemas. Una especie de confabulación que oportunamente se presenta para ponerte a prueba. Hoy varios ayuntamientos con los que tenemos convenios de colaboración, nos han comunicado que no pueden pagarnos hasta abril…Así ha sido. Pin, pam, pum… y en menos que se santigua un cura loco, nos han dicho que debemos seguir haciendonos cargo de unas nóminas que acabarán sumando unos 36.000€ y que en abril, nos pagarán. Os garantizo que esto no es el problema, el problema es que antes de estos 36.000€, hay 120.000 más y esto hace que una pequeña entidad como Gats, tenga muy complicado poder mantenerse a flote.
Que tipo de futuro nos espera , cuando maltratamos de este modo a una entidad sin animo de lucro? Una entidad que sólo fundamenta su existencia a dos cuestiones fundamentales: ayudar a personas, al medio ambiente o a la cultura para transformar realidades injustas y al poder crear empleo que permita poner en marcha y mantener nuestros proyectos. No es que defienda con esto que no se pueda maltratar a una ONG y si a una empresa, no, para nada. Es tan injusta una cosa como la otra, pero creo que el ejemplo de la mano de una ONG, refleja de forma más contundente los extremos a los que estamos llegando.
Al final, una entidad sin ánimo de lucro, no persigue una plusvalía, no persigue un benefico económico. Persigue ayudar al necesitado, al excluido, al parado, al extranjero, a la cultura, a la educación, al medio ambiente… Si maltratamos de este modo al que persigue estos fines, que pueden esperar empresas, autónomos o trabajadores en general? Si a esto le sumamos la restricción para acceder al crédito, que futuro le espera a una entidad como Gats?
Siempre digo que Gats es seguramente la entidad más prescindible del mundo, pero si el problema estuviese solo en Gats, no habría problema, el problema es que lo que le pasa a Gats, le pasa a una parte importante de las más de 35.000 ONL’s existentes en España y en un momento histórico como el que vivimos, maltratar así a la sociedad civil organizada, es una muestra de inmadurez social que políticamente, no debería ser tolerada.
Hay muchas formas de medir la calidad y la madurez de una sociedad, y una de ellas, es reconocer el valor que aportan entidades como Gats, Cruz Roja, Caritas, Adsis o el Casal dels Infants entre otras miles. Y una forma de reconocer su valor, es no maltratarlas como se nos está maltratando, fomentando que la gestión que tradicionalmente ha asumido el tercer sector a través de sus entidades, recaiga en grandes corporaciones prestadoras de servicio que pueden soportar bien pagos a 360 días y que además, muchas veces carecen de los valores del tercer sector, pero son una excelente respuesta para administraciones públicas que cada vez valoran más el precio que el valor.
Solo un necio confunde valor y precio y solo un necio no podría darse cuenta de que este tipo de apuestas son pan para hoy y hambre para mañana. Por eso, me pongo a caminar, por que hay que empezarle a poner valor a lo que realmente lo tiene…